Original

Prevalencia de la dolicoectasia de la arteria basilar en pacientes con ictus isquémico agudo o ataque isquémico transitorio en un centro español

A.F. Costa, A. Peral, F. Bravo, F. Fernández, R. Valverde [REV NEUROL 2024;78:269-276] PMID: 38743020 DOI: https://doi.org/10.33588/rn.7810.2023298 OPEN ACCESS
Volumen 78 | Número 10 | Nº de lecturas del artículo 1.413 | Nº de descargas del PDF 45 | Fecha de publicación del artículo 16/05/2024
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RESUMEN Artículo en español English version
Introducción La dolicoectasia de la arteria basilar (DEAB) es un término que se refiere a la dilatación o elongación anormal de la arteria basilar (AB). La prevalencia de DEAB notificada hasta la fecha en pacientes con ictus es del 0,3 al 33,1%; sin embargo, puede variar entre poblaciones. Se propuso determinar la prevalencia de DEAB en pacientes con ictus isquémico agudo (IIA) o ataque isquémico transitorio (AIT) en una unidad de ictus de España.

Pacientes y métodos Se consideró a pacientes de 50 años o más con IIA o AIT para ser incluidos. La información demográfica y clínica se obtuvo de forma prospectiva. Dos neurorradiólogos evaluaron la morfología de la AB de forma independiente.

Resultados De 126 pacientes, el 34,1% cumplió los criterios de DEAB (ectasia o dolicosis). La DEAB se asoció a mayor edad (p = 0,04). Los pacientes con la variante fetal del polígono de Willis presentaron menor diámetro de la AB (2,9 ± 0,1 frente a 3,5 ± 0,1; p < 0,001), mientras que pacientes con ictus lacunar presentaron diámetros mayores de la AB que otros subtipos de ictus (3,8 ± 0,3 mm frente a 3,3 ± 0,1 mm; p = 0,04). Discusión y conclusiones. En este estudio de centro único de pacientes con IIA o AIT, la prevalencia de DEAB (ectasia o dolicosis) fue alta. Estudios futuros enfocados en población española podrían confirmar nuestros resultados.
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Palabras claveArteria basilarArteriopatía dilatanteAtaque isquémico transitorioDolicoectasia de la arteria basilarEspañaIctus isquémico CategoriasPatología vascular
TEXTO COMPLETO Artículo en español English version

Introducción


La dolicoectasia hace referencia a la tortuosidad o dilatación de una arteria, que habitualmente se conoce como arteriopatía dilatante [1]. El término dolicoectasia arterial intracraneal (DEAI) describe la dolicoectasia de una o más arterias intracraneales, de las cuales la arteria basilar (AB) está involucrada en el 80% de los casos [2,3]. Los pacientes con dolicoectasia de la arteria basilar (DEAB) presentan un riesgo incrementado de ictus isquémico agudo (IIA) y recurrencia de IIA, predominantemente del territorio vertebrobasilar [4-6].

Estudios previos han demostrado que la prevalencia de DEAB varía entre poblaciones. La heterogeneidad puede explicarse por la falta de criterios cuantitativos aceptados para la determinación de la DEAB, así como la variabilidad de las poblaciones seleccionadas. Por ejemplo, la DEAB puede encontrarse en el 0,8-13,6% de la población general [7-11], mientras que, en pacientes con ictus, la prevalencia de DEAB oscila entre el 0,3 y el 33,1% [12-17].

El presente estudio pretende determinar la prevalencia de DEAB en pacientes con IIA o ataque isquémico transitorio (AIT) en una unidad de ictus. De forma secundaria, se analizaron subgrupos de pacientes con características de interés especial para la DEAB, como la presencia de la variante fetal del polígono de Willis, ictus de la circulación posterior o ictus lacunares. Estudios previos han notificado una relación inversamente proporcional entre el diámetro de la AB y la presencia de la variante fetal del polígono de Willis [18,19], una relación significativa entre la DEAB y los ictus de la circulación posterior [20-23], y una asociación significativa entre la DEAB y los ictus lacunares [24]. Para los autores, éste es el primer estudio prospectivo que evalúa la presencia de DEAB en pacientes con ictus en España.
 

Pacientes y métodos


Participantes y demografía


Se incluyó durante dos meses de forma consecutiva a pacientes ≥ 50 años que presentaron IIA o AIT ingresados en la unidad de ictus del Hospital Universitario Reina Sofía (Córdoba, España), quienes contaban con angiografía por resonancia magnética o angiografía por tomografía computarizada. Aproximadamente ingresan en nuestra unidad de ictus 1.000 pacientes por año. El Hospital Universitario Reina Sofía es un centro de referencia para trombectomía mecánica en la provincia de Córdoba (13.771 km2; 781.451 habitantes) y en la vecina provincia de Jaén (14.496 km2; 627.190 habitantes).

Los datos demográficos y factores de riesgo cardiovasculares se obtuvieron de forma prospectiva por dos residentes de neurología (A.C. y A.P.). Se obtuvieron de la historia clínica antecedentes de hipertensión, diabetes, dislipidemia, fibrilación auricular, ictus isquémico, enfermedad coronaria, estado de fumador y medicaciones, y se confirmaron, de ser posible, por familiares de los pacientes. Se excluyó del estudio a los pacientes con datos faltantes, origen étnico o raza diferentes a españoles caucásicos, con diagnóstico final diferente a IIA/AIT (stroke mimics) o que no contaban con confirmación de ictus en una resonancia magnética cerebral en el escenario de ausencia de oclusión de gran vaso. Los pacientes mantuvieron monitorización con telemetría las primeras 24 horas del ingreso. Estudios adicionales, como monitorización electrocardiográfica prolongada, ecocardiografía o estudio de neurosonología transcraneal para valoración de shunt derecha-izquierda, se realizaron en casos específicos según el escenario clínico.

Todos los pacientes (o su representante legal en caso de incapacidad) firmaron el consentimiento informado para participar en el estudio. El protocolo fue aprobado por el comité de ética de la provincia de Córdoba (Referencia 4929, N.319).

Evaluación de la arteria basilar


Las angiografías por tomografía computarizada se realizaron en un tomógrafo multidetector (General Electric, Fairfield, CT, Estados Unidos) con un grosor de corte de 0,625 mm en pacientes que cumplían criterios de código ictus basado en el protocolo andaluz de ictus. Los estudios de angiografía por resonancia magnética se realizaron en resonador de 1,5 Tesla (Siemens Healthineers, MAGNETOM Vida, Alemania) en pacientes sin angiografía por tomografía computarizada al ingreso que requirieron estudio vascular para el diagnóstico etiológico.

Dos neurorradiólogos expertos (F.B. y F.F.) evaluaron de forma independiente la presencia de DEAB en las angiografías por tomografía computarizada y angiografías por resonancia magnética utilizando el software de imágenes Carestream Health (Onex Corporation, Rochester - NY, Estados Unidos) sin revelárseles las características de los pacientes. Los diámetros de las AB se evaluaron en tres diferentes puntos a lo largo de la longitud de las arterias (proximal, medio y distal), y se calculó una media de los tres valores. Se usó este método de triple medición en vez de la medición única en la mitad de la protuberancia porque con la dolicosis de las arterias vertebrales, la AB es empujada hacia arriba causando una alta variabilidad en el segmento medido entre sujetos. Si había una estenosis de la AB, las medidas se tomaron de los segmentos no estenóticos. En caso de arterias vertebrales terminadas en la arteria cerebelosa posteroinferior, sólo se obtuvieron las medidas del segmento medio y distal.

Para la evaluación de la DEAB se utilizaron los criterios de Smoker et al (Tabla I) [25]. La ectasia se definió como un diámetro de AB > 4,5 mm. La altura de bifurcación, así como la lateralización de la AB, se clasificaron desde 0 a 3, como se explica en la tabla I. Una clasificación de 2 o más, en altura o lateralidad, se consideró dolicosis. Se definió la DEAB como la presencia de ectasia o dolicosis (Figura). De existir discrepancias en las mediciones, un tercer lector experto en ictus (R.V.) las resolvería.

 

Tabla I. Criterios de Smoker para la clasificación de la dolicoectasia de la arteria basilar.
 
Altura de la bifurcación

Posición

Grado 0

A la altura o debajo de la silla turca

En la línea media

Grado 1

En la cisterna supraselar (un corte por encima del dorso de la silla turca)

Medial al margen lateral del clivus

Grado 2

Al nivel del suelo del tercer ventrículo (un corte por encima de la cisterna supraselar)

Lateral al margen lateral del clivus

Grado 3
 

Protruye y eleva el suelo del tercer ventrículo (dos o más cortes por encima de la cisterna supraselar)
 

En el ángulo pontocerebeloso
 

 

Figura. Angiografía por tomografía computarizada de un paciente que muestra: a) una arteria basilar dilatada y lateralizada al ángulo pontocerebeloso derecho en una vista axial; y b) una bifurcación anormalmente alta de la arteria basilar que deja una impresión en el suelo del tercer ventrículo en un corte coronal.






 

La prevalencia de la variante fetal del polígono de Willis (nacimiento de la arteria cerebral posterior desde la arteria carótida interna ipsilateral) se evaluó usando la definición de Horikoshi et al [26]. Los pacientes con IIA se clasificaron de acuerdo con el subtipo de ictus en ictus lacunares e ictus no lacunares para evaluar las diferencias de los diámetros de la AB en ambos grupos. Los ictus lacunares se definieron como lesiones subcorticales isquémicas < 15 mm con un déficit neurológico congruente en los cuales no se identificaron otras causas de ictus [27].

Análisis estadístico


Las variables continuas se expresaron como medias ± desviación estándar y se compararon entre grupos usando el test de la t de Student o el test de la U de Mann-Whitney según lo apropiado. Las variables categóricas se presentaron como porcentajes y se compararon entre grupos usando el test de χ2 o el test de Fisher.

La concordancia interevaluador para la medición de los diámetros de la AB, así como la clasificación de la dolicosis, se evaluaron con el coeficiente de la correlación de la concordancia de Lin y el coeficiente kappa de Cohen, respectivamente. Todos los análisis estadísticos se realizaron usando el programa estadístico STATA en su versión 16 (College Station, TX, Estados Unidos) y un valor de p < 0,05 se consideró estadísticamente significativo para todos los análisis.
 

Resultados


Ingresaron en la unidad de ictus durante el período del estudio 151 pacientes, de los cuales 142 cumplían los criterios de inclusión. De los 142 pacientes inicialmente evaluados se excluyó a 13 pacientes por las siguientes razones: 11 tuvieron un diagnóstico diferente a IIA o AIT y en dos pacientes que no tenían oclusión de gran vaso no se realizó una resonancia magnética para la confirmación del ictus. Se excluyó a tres pacientes adicionales debido a estudios de angiografía por tomografía computarizada de baja calidad en dos pacientes y porque en el paciente restante se halló una variante anatómica del sistema vertebrobasilar que imposibilitaba la valoración de la AB.

Se incluyó a 126 pacientes (el 93,7% angiografía por tomografía computarizada y el 6,4% por angiografía por resonancia magnética) en el análisis final. El diagnóstico final fue de IIA en el 90,5% y de AIT en el 9,5%. Entre los pacientes con IIA, 10 (8,8%) se consideraron ictus lacunares.

De la muestra total, 69 (54,8%) fueron hombres y la edad media fue de 73 ± 11 años. La hipertensión fue el factor de riesgo cardiovascular más frecuente en 95 pacientes (75,4%), seguido de la dislipidemia en 68 (54%) y la diabetes en 42 (33,3%) (Tabla II). No fue posible evaluar la altura de la bifurcación en un paciente debido a la falta de visualización de ambas arterias cerebrales posteriores por una oclusión del segmento distal de la AB. Este paciente tenía un diámetro de la AB de 3 mm y un grado 0 de lateralización.

 

Tabla II. Características de la muestra en función de la presencia de dolicoectasia de la arteria basilar.
 

Muestra total
(N = 126)

DEAB (+)
(n = 43)

DEAB (–)
(n = 83)

Valor
de p


Edad
 

73 ± 11

75 ± 10

72 ± 10

0,04


Sexo masculino
 

69 (54,8%)

25 (54,8%)

44 (53%)

0,71


Hipertensión
 

95 (75,4%)

33 (76,8%)

62 (74,7%)

1


Diabetes
 

42 (33,3%)

12 (28%)

30 (36,1%)

0,43


Dislipidemia
 

68 (54%)

19 (44,2%)

49 (59%)

0,13


Enfermedad coronaria
 

14 (11,1%)

3 (7%)

11 (13,3%)

0,38


Ictus isquémico previo
 

27 (21,4%)

4 (9,3%)

23 (27,7%)

0,02


Fumador activo
 

28 (22,2%)

9 (20,9%)

19 (22,9%)

1


Fumador en el pasado
 

20 (15,9%)

5 (11,6%)

15 (18,1%)

0,44


Fibrilación auricular
 

26 (20,6%)

10 (23,4%)

16 (19,3%)

0,65


Uso de estatinas
 

57 (45,2%)

21 (48,8%)

36 (43,4%)

0,58


Medicación antihipertensiva
 

95 (75,4%)

34 (79,1%)

61 (73,5%)

0,52


Antidiabéticos orales
 

34 (27%)

10 (23,3%)

24 (28,9%)

0,53


Tratamiento con insulina
 

10 (7,9%)

1 (2,3%)

9 (10,8%)

0,16


Antiagregantes plaquetarios
 

39 (31%)

15 (34,9%)

24 (28,9%)

0,54


Anticoagulantes orales
 

20 (15,9%)

7 (16,3%)

13 (15,7%)

1


Variante fetal del polígono de Willis
 

29 (23%)

10 (23,3%)

19 (22,9%)

1


DEAB: dolicoectasia de la arteria basilar.
 

 

La media del diámetro de la AB en nuestra muestra fue de 3,4 ± 0,7 mm. Cuarenta y tres pacientes cumplieron el criterio para DEAB (34,1%), incluyendo cuatro (3,2%) pacientes con ectasia (diámetro de la AB > 4,5 mm) y 48 (38,1%) con dolicosis. Los pacientes con ambas condiciones fueron los que tenían ectasia (n = 4; 3,2%). Para la altura de la bifurcación, 19 pacientes (15,2%) presentaron grado 0; 65 (52%), grado 1; 32 (25,6%), grado 2; y nueve (7,2%), grado 3. De la misma forma, en cuanto a la lateralidad, 53 (42,1%) pacientes presentaron grado 0; 50 (39,7%), grado 1; 18 (14,3%), grado 2; y cinco (4%), grado 3 (Tabla III). La combinación más común de estado de dolicosis fue grado 1 para la altura de la bifurcación y grado 0 para la lateralización en 33 (26,4%), seguido por grado 1 tanto para la altura de la bifurcación como para la lateralidad en 25 pacientes (20%) (Tabla IV). Los coeficientes kappa fueron 0,85 para la lateralidad y 0,77 para la altura de bifurcación. El coeficiente de concordancia fue de 0,87 para las mediciones del diámetro de la AB entre ambos lectores.

 

Tabla III. Distribución de las dos condiciones que definen la dolicosis según los criterios de Smoker et al.
 

Altura de la bifurcación
(n = 125)

Lateralidad
(n = 126)

0

19 (15,2%)

53 (42,1%)

1

65 (52%)

50 (39,7%)

2

32 (25,6%)

18 (14,3%)

3

9 (7,2%)

5 (4%)


 

Tabla IV. Distribución de los 125 pacientes según la elongación y la desviación lateral de la arteria basilar según los criterios de Smoker et al.

Lateralidad

Altura de la bifuración

Grado 0

Grado 1

Grado 2

Grado 3


Grado 0
 

12 (9,6%)

33 (26,4%)

5 (4%)

2 (1,6%)


Grado 1
 

7 (5,6%)

25 (20%)

16 (12,8%)

2 (1,6%)


Grado 2
 

0

7 (5,6%)

7 (5,6%)

4 (3,2%)


Grado 3
 

0

0

4 (3,2%)

5 (4%)


 

Los pacientes con DEAB fueron significativamente mayores (75 ± 10 frente a 72 ± 10; p = 0,04). Otros factores de riesgo cardiovasculares tradicionales, como hipertensión, diabetes o dislipidemia, no mostraron una asociación significativa con DEAB, como se muestra en la tabla II. En cuanto al subtipo de ictus, los pacientes con ictus lacunares tuvieron un diámetro de la AB significativamente mayor (3,8 ± 0,3 mm frente a 3,3 ± 0,1 mm; p = 0,04). Otros factores asociados con ictus lacunares fueron la edad más joven (p = 0,01), el tabaquismo activo (p = 0,03) y el ictus de la circulación posterior (p = 0,01). Sin embargo, la presencia de ictus lacunares no se asoció con la presencia de ectasia, dolicosis, componentes individuales de la dolicosis o DEAB.

La localización del ictus estuvo disponible en 110 (96,5%) pacientes con IIA, 19 de ellos con ictus de la circulación posterior (17,3%). No hubo diferencias entre los pacientes con DEAB y los pacientes sin DEAB en relación a la afectación de la circulación posterior comparado con la circulación anterior (el 18,4% frente al 16,7%, respectivamente; p = 0,82). Además, la presencia de ictus de la circulación posterior no se asoció con la DEAB, el diámetro de la AB, la ectasia, la dolicosis o los componentes individuales de la dolicosis.

La variante fetal del polígono de Willis estuvo presente en 29 pacientes (23%), que involucró la arteria cerebral posterior derecha en 13 casos, la arteria cerebral posterior izquierda en 12 casos y ambas en cuatro casos. Los pacientes con la variante fetal del polígono de Willis presentaron menor diámetro de la AB (2,9 ± 0,1 frente a 3,5 ± 0,1; p < 0).
 

Discusión y conclusiones


El presente estudio describe una prevalencia de DEAB (ectasia o dolicosis) del 34,1% entre los españoles con IIA o AIT. Hasta donde sabemos, ésta es la prevalencia de DEAB más alta notificada en la bibliografía y la primera en población española (Tabla V).

 

Tabla V. Descripción de los estudios que evalúan la dolicoectasia de la arteria basilar en pacientes con ictus isquémico.
 

Diseño

País

N.o de pacientes

Población

Media de edad (± DE)

Diámetro medio de la AB (± DE) (mm)

Punto de corte para la ectasia (mm)

Definición de dolicosis

Definición de DEAB

Prevalencia de DEAB


Cao, 2021

Prospectivo

China

113

Ictus protuberancial

64 (56-73)a

2,9 ± 0,6

>4,5 a cualquier nivel de protuberancia

Método cuantitativo

Ectasia y dolicosis

1,8%


Del Brutto, 2021

Prospectivo

EE. UU.

200

IIA

67 ± 14

3,4 ± 0,8 (proximal);
2,8 ± 0,7 (distal)

≥5 (proximal); ≥ 4,1 (distal)

Método semicuantitativo

Ectasia o dolicosis

11%


Chen, 2019

Prospectivo

China

115

IIA (cardioembólicos excluidos)

63 ± 11

4,3 ± 1,1

≥4,6 en la mitad de la protuberancia

Criterios de Smoker


14,8%b


Zhou, 2022

Prospectivo

China

534

ICP



≥4,6

Criterios de Smoker y cuantitativo

Ectasia y dolicosis

29,8%


Nakamura, 2012

Prospectivo

Japón

481

Ictus isquémico y hemorrágico

69 ± 12

5,0 ± 0,4 (IIA)

≥4,6 en la mitad de protuberancia

Criterios de Smoker


7,7% (6,4% en IIA)


Kwon, 2009

Prospectivo

Corea del Sur

96

Ictus protuberanciales paramedianos y lacunares

67 ± 11 (paramediano); 66 ± 11 (lacunares)


≥4,6 en la mitad de la protuberancia

Criterios de Smoker


Ectasia en el 31,4% de los paramedianos y el 11,5 % de los lacunares; dolicosis en el 20,8%,


Pico, 2003

Prospectivo

Francia

510

IIA

-

3,9 ± 1,8 (DVB);
2,6 ± 0,6 (sin DVB)

≥4,6 en cualquier nivel de la protuberancia

Criterios de Smoker

Consenso

12,4%


Yin, 2021

Prospectivo

China

469

IIA (cardioembólicos excluidos)

60 ± 11

3,3 (1-8,5)c

≥4,6 en la mitad de protuberancia

Criterios de Smoker


13%


Ince, 1998

Retrospectivo

EE. UU.

387

IIA




Criterios de Smoker

Informes de pruebas, impresión visual

2,1%


Presente estudio
 

Prospectivo

España

126

IIA y AIT

73 ± 11

3,4 ± 0,7

>4,5 (media de tres medidas)

Criterios de Smoker

Ectasia o dolicosis

34,1%


AIT: ataque isquémico transitorio; DEAB: dolicoectasia de la arteria basilar; DVB: dolicoectasia vertebrobasilar; ICP: ictus de la circulación posterior; IIA: ictus isquémico agudo. a Mediana (rango intercuartílico); b La prevalencia se calculó basándose en un número inicial de 778 pacientes; c Mediana (rango).
 

 

Dos estudios retrospectivos basados ​​en impresiones visuales de la morfología de la AB han mostrado resultados contradictorios en cuestión de prevalencia de DEAB y su asociación con factores de riesgo cardiovasculares. Ince et al, en 1998, incluyeron a 387 pacientes en Estados Unidos con ictus. Doce pacientes tenían DEAI (3,1%) y la prevalencia de DEAB fue del 2,1% en el total de la muestra [13]. Los autores no encontraron asociaciones significativas entre la DEAB con los factores de riesgo cardiovasculares tradicionales, pero los pacientes con DEAB tenían más probabilidades de tener ictus lacunares. En cambio, en el Étude du Profil Génétique de l’Infarctus Cerebral se determinó la presencia de DEAI en el 12% de 510 pacientes con ictus de 12 centros neurológicos franceses [28]. La DEAB representó el 78% de los pacientes con DEAI e ictus. La presencia de DEAI se asoció significativamente con factores de riesgo cardiovasculares y con ictus lacunares. Diferentes metodologías y modalidades de imágenes podrían explicar la diferencia entre estos dos estudios. Sin embargo, en ambos se documentó la asociación de DEAI y la presencia de ictus lacunares. Aún se desconoce la fisiopatología subyacente de la DEAB y la enfermedad cerebral de pequeño vaso. Sin embargo, es bien sabido que ambas patologías son enfermedades de la túnica media y en ambas subyace una disfunción de la matriz extracelular [29]. Estos cambios conformacionales aumentan la permeabilidad vascular y el depósito de macromoléculas de la matriz extracelular en la sustancia blanca [30]. El daño de la barrera hematoencefálica favorece el edema perivascular y el daño neuronal de las pequeñas arterias penetrantes [31]. Además, en un estudio prospectivo más reciente que incluyó a 200 pacientes con ictus en un centro de Estados Unidos, la DEAI estuvo presente en el 24%, y la DEAB, en el 11% de los pacientes [32]. De manera similar a nuestros resultados, la edad avanzada fue el único factor de riesgo cardiovascular asociado con la DEAI, y ésta fue más prevalente en pacientes con ictus lacunares. Estos hallazgos respaldan la naturaleza no ateroesclerótica de la DEAI y su papel en el desarrollo de la enfermedad cerebral de pequeño vaso.

La prevalencia de DEAB es mayor en pacientes con ictus de la circulación posterior (~18%) [33]. En el presente estudio no se encontraron diferencias significativas en relación con ictus de la circulación posterior entre pacientes con o sin DEAB. Esto puede atribuirse a la falta de poder estadístico, ya que el número de ictus de la circulación posterior en nuestra muestra fue bajo (n = 19).

La determinación de la variante fetal del polígono de Willis puede ser de interés especial cuando se informa sobre la prevalencia de DEAB. Sin embargo, pocos estudios han discutido sobre este tema. En el Northern Manhattan Study, la variante fetal estuvo presente en el 13,4% de los individuos sanos (el 6,8% en la derecha, el 6,1% en la izquierda y el 0,5% en ambas) [18]. En adultos mayores de una comunidad rural de Ecuador que explora la prevalencia de la DEAB en esta población, el 28% tuvieron la variante fetal [19]. En el Osaka Follow-up Study for Carotid Atherosclerosis 2, la prevalencia de la variante fetal estuvo presente únicamente en el 4,1% de los pacientes. En los tres estudios mencionados, los diámetros de la AB fueron significativamente menores en los pacientes con esta variante del polígono de Willis. Nuestros resultados son consistentes con estos estudios mencionados.

Es notable que en nuestro estudio únicamente cuatro pacientes (3,2%) tenían ectasia, mientras que en la mayoría bastó la presencia de dolicosis para clasificarlos como DEAB. Resultados similares se han encontrado en un estudio realizado por Cao et al en población china, en los cuales la dolicosis es el componente predominante de la DEAB [34]. En pacientes de China con ictus de la circulación posterior, la presencia de dolicosis es un factor de riesgo independiente para la recurrencia del ictus isquémico [35], mientras que en estudios longitudinales de gran tamaño muestral, la ectasia se consideró el componente más importante de la DEAB para desenlaces cardiovasculares [36,37]. No se ha determinado aún si la dolicosis por sí sola representa un factor de riesgo para ictus en la población española.

La limitación principal del presente estudio es el tamaño muestral de un centro único. Además, se evaluó la DEAB solamente en pacientes con ictus que contaban con estudio de imagen vascular por tomografía o resonancia magnética. Se excluyeron ictus menores sin estudio vascular.

Se utilizaron los criterios de Smoker et al para definir la DEAB por su precisión, simplicidad y reproducibilidad. Algunos autores han argumentado la necesidad de ajuste de los diámetros de las arterias intracraneales al volumen craneal total; sin embargo, esta metodología no mejora la precisión, a expensas de ser una técnica que consume mayor tiempo comparada con los criterios de Smoker [7].

 

En conclusión, en pacientes de España ingresados por IIA o AIT en una unidad de ictus, la prevalencia de DEAB (ectasia o dolicosis) es alta. La presencia de DEAB se asoció a mayor edad, pero no a otros factores de riesgo cardiovasculares tradicionales. Los pacientes con ictus lacunares presentaron mayor diámetro de la AB, mientras que los pacientes con variante fetal del polígono de Willis presentaron significativamente menor diámetro que los que no presentaban dicha variación anatómica. No se logró demostrar diferencias estadísticamente significativas en cuanto a la DEAB y el territorio del ictus (ictus de la circulación posterior frente a ictus de la circulación anterior). Finalmente, a la mayoría de los pacientes con DEAB se les clasificó así por la sola presencia de dolicosis, mientras que la ectasia (>4,5 mm) fue marcadamente menos frecuente. Futuros estudios prospectivos con un mayor número de pacientes podrían confirmar nuestros resultados.

 

Bibliografía
 


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Prevalence of basilar artery dolichoectasia in patients with acute ischemic stroke or transient ischemic attack in a single center of Spain


Introduction. Basilar artery dolichoectasia (BADE) refers to abnormal enlargement or displacement of the basilar artery (BA). The previously reported prevalence of BADE among patients with stroke is 0.3 to 33.1%, however, it might vary among studied populations. We aim is to determine the prevalence of BADE in patients presenting with acute ischemic stroke (AIS) or transient ischemic attack (TIA) in a Stroke Unit in a single center in Spain.

Patients and methods. Patients 50 years old or older presenting with AIS or TIA were eligible for inclusion. Demographic and clinical data were prospectively collected. Two neuroradiologists, blind to each other, assessed BA morphology.

Results. Among 126 patients, 34.1% fulfilled the criteria for BADE (ectasia or dolichosis). BADE was associated with advanced age (p = 0.04). Patients with fetal-type circle of Willis presented smaller BA diameters (2.9 ± 0.1 vs. 3.5 ± 0.1; p < 0.001), whereas patients with lacunar strokes presented a greater diameter than other stroke subtypes (3.8 ± 0.3 mm vs. 3.3 ± 0.1 mm; p = 0.04).

Discussion and conclusions. In this single-center study of patients presenting with AIS or TIA, the prevalence of BADE (ectasia or dolichosis) is high. Further studies focusing on Spaniards should confirm our results.

Key words. Basilar artery. Basilar artery dolichoectasia. Dilatative arteriopathy. Ischemic stroke. Spain. Transient ischemic attack.
 

 

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