Introducción Uno de los trastornos del neurodesarrollo más frecuentes es el síndrome disatencional con hiperactividad (ADHD). La compleja red neurobiológica que interviene en la atención nos permite contar con un estado de alerta basal, focalizar y sostener durante períodos prolongados la atención, seleccionar el estímulo-señal deseado y analizar sus componentes, y además poder ejercer de forma simultánea procesos de input-output y de performance (tutoriales, controladores).
Desarrollo El compromiso de los diversos sistemas atencionales genera un trastorno disatencional, con o sin hiperactividad particular. La distinción en subtipos clínicos (combinado, de predominio desatento y de predominio hiperactivo-impulsivo) ofrece una diferenciación primaria del síndrome. Sin embargo, desde el punto de vista neuropsicológico podemos reconocer aún un grado de heterogeneidad intragrupal que define patrones conductales y académicos. Este tipo de estudio nos permitirá un abordaje neurocognitivo y farmacológico más específico. Algunas características clínicas del síndrome disatencional se benefician con diversos fármacos, por ejemplo el estado de alerta (metilfenidato), la impulsividad (pipamperona) y la atención selectiva (tiapride). Sin embargo, la medicación es sintomática, y se emplea en la mayoría de los casos para acompañar el desarrollo final biológico de los mecanismos de control neocorticales.