Introducción La aterosclerosis es un proceso sistémico, en el que participan todas las arterias de nuestro organismo. Es frecuentemente silente, hasta que su progresión afecta a un órgano, produciéndose entonces el infarto cerebral, el infarto de miocardio o la enfermedad vascular periférica.
Desarrollo Comprobamos esta afectación sistémica en tres aspectos distintos: los factores de riesgo que son comunes a la aterosclerosis de cualquier localización; la alteración previa de otras topografías vasculares distintas a la enfermedad actual, y la frecuente presentación de una nueva topografía de la enfermedad vascular, principalmente la coronaria. Los autores analizan la evolución de nuestros conocimientos sobre la isquemia cerebral y el proceso ateroscleroso. La aterosclerosis de las arterias intracraneales determinante de trombosis fue considerada durante años como la causa principal de los infartos cerebrales, pero se ha demostrado que es una causa inhabitual, siendo la causa más frecuente la ateromatosis de las arterias extracraneales determinante de estenosis, ulceración o trombosis. La aorta, la arteria que se altera de forma más precoz e intensa por el proceso ateroscleroso, es causa frecuente del infarto cerebral de etiología no determinada. La etiología embólica de origen cardíaco se debe generalmente a valvulopatías y trastornos del ritmo y, en menor frecuencia, a isquemia miocárdica.